domingo, 26 de mayo de 2013

¿Soy un héroe? ¿o qué soy?



Título: I am a Hero
Autor: Kengo Hanazawa
Editorial: Norma Editorial. Mayo 2013

Pack con los números 1 y 2, incluye cofre de regalo para guardar la serie

Un dibujante de cómic japonés, un mangaka, es el protagonista de esta historia. Bueno, en realidad no llega a mangaka, sino sólo a ayudante de mangaka (y ello a pesar de tener ya treinta y cinco años). Esto nos permite, entre otras cosas, ver cómo es trabajo en la industria del manga. El protagonista, Hideo Suzuki,  es un perfecto desastre social y no mucho mejor en lo profesional. A pesar de su alta autoestima -cíclica, también es cierto- no ha conseguido tener serie propia en ninguna revista de prestigio, algo a lo que aspira todo mangaka que se precie. Por si fuera poco, vive en un casi permanente estado de pánico, un miedo atroz al mundo que le rodea. Vamos que nos encontramos ante un buen ejemplo de hikikomori. Su ¿novia?, no menos peculiar que él, es una gran admiradora de otro mangaka, cosa que a Hideo le pone de los nervios. Y para capear todo este desastre vital no encuentra
mejor remedio que hablar con un extraño amigo imaginario (de nombre Yajima). En el primer número vemos aparecer a diferentes personajes de la fauna de un taller de manga: el maestro, los dibujantes, ... Pero en este más bien poco feliz mundo empiezan a pasar cosas raras. Las noticias van dando cuenta de gente que se lanza a morder a otra. Así hasta que al final del primer tomo Hideo, cuando vaya a visitar a su novia, se la encontrará convertida en un ser bastante desagradable y con un extraño afán por morderle. Ya tenemos aquí el holocausto zombie. A partir de este momento, en el tomo 2, vemos que la cosa se está poniendo complicada en Tokio. Resulta difícil caminar (correr más bien) por las calles sin que aparezcan los muertos vivientes deseosos de hincar el diente a todo el que se encuentran. En este caos al que asistimos, Hideo tratará de sobrevivir. Haciendo un juego de palabras con su nombre, se preguntará si es un héroe. Lo que podría ser una trama de zombies más bien convencional se presenta (al menos en estos dos primeros tomos) como una estupenda historia, con una tremenda tensión y unos diálogos geniales. El dibujo es magnífico, en la mejor tradición del manga atento al más mínimo detalle: desde los instrumentos de trabajo del mangaka, pasando por sus zapatillas o por las calles de Tokio. Tras los dos primeros números sólo queda esperar ansiosamente los siguientes. Si mantienen el tono de estos no hay duda de que será una obra excepcional.
 


domingo, 21 de abril de 2013

Ragemoor. Lovecraft, Poe y todos los demás


Guión: Jan Strnad
Dibujo: Richard Corben
Norma Editorial, abril 2013



Un castillo que no es sólo piedra, sino un extraño ser vivo que cuando no le gusta lo que oye o ve decide acabar con los visitantes molestos. En este caso el supuesto tío de Herbert, heredero del castillo de Ragemoor y su también supuesta hija, la exuberante Anoria, junto con otros cuantos personajes más. El padre del actual señor del castillo se ha vuelto loco y vaga desnudo por las cambiantes estancias de la fortaleza. El personaje de Bodrick, el sirviente, es también una caja de sorpresas y con una papel fundamental en la trama. Averiguará que ni el tío es tío ni la sobrina sobrina, sino
un estafador (y su cómplice) que quiere hacerse con la propiedad. No sabe dónde se ha metido. En realidad el castillo es un ser procedente de más allá de las estrellas y del tiempo, en perpetua lucha con otras razas alienígenas con forma de ... gusanos. Así que Ragemoor no era tan malo como nos parecía, sino el salvador de nuestra especie y guardián del planeta. Así tenemos todos los elementos tan queridos a Corben y a Strnad, que rinden homenaje a Poe y a Lovecraft, más a este último. El desenlace será totalmente Corben ...o Strnad, que ya es difícil distinguir*. Los malos tendrán un castigo acorde con las dimensiones de su hybris y los buenos ...la verdad es que no lo van a pasar mucho mejor, qué se le va a hacer. Si el guión nos impide despegarnos de la lectura, arrastrados por una trama sorprendente, el dibujo de Corben es una vuelta a la espectacularidad de su mejor blanco y negro (¡y grises!). De unas magníficas tramas iniciales llegaremos a un blanco y negro que recuerda al mejor Corben de su época underground. En fin, el Corben de siempre ... o mejor.

*La primera obra que disfruté de estos dos genios fue su Mundo Mutante, que la revista 1984 publicó por entregas en sus páginas centrales, allá por 1978 o 1979. Desde entonces ya no he podido quitarme de Corben ni de Strand. Juntos o por partes. 

sábado, 20 de abril de 2013

¿Proyecto Manhattan? No … proyectoS. Los proyectos Manhattan, nº1



Guión: Jonathan Hickman
Dibujo: Nick Pitarra

Planeta de Agostini Cómics. Abril 2013

El proyecto Manhattan es el nombre con el que se conoce el programa para fabricar la bomba atómica de los EE.UU. Dicho programa tuvo éxito, si por ello entendemos las dos bombas que los USA arrojaron sobre Hiroshima y Nagasaki en agosto de 1945. Pero Hickman nos cuenta que, en realidad, no hubo un solo Proyecto Manhattan, ni el de la bomba atómica era el más importante de los varios que había. Por las páginas de este cómic, estupendamente dibujado por Nick Pitarra, vemos desfilar a los protagonistas de la historia, pero digamos que un tanto cambiados ... o quizás no, dada la concepción de la historia de Hickman. El general Groves es un cachas que fuma puros compulsivamente y que no se lo piensa mucho a la hora de apretar el gatillo, siempre por el bien de la ciencia.  Albert Einstein (cuya participación real en el proyecto fue tangencial) aparece aquí contemplando una especie de monolito como el de 2001 Odisea del espacio, que resulta ser una puerta espacio temporal. Eso en el tiempo que le deja la bebida, que es una de sus principales ocupaciones. Enrico Fermi tiene todo el aspecto de un duendecillo de orejas puntiagudas o un vulcaniano, no sé. Harry Daghlian, uno de los fallecidos por radiación durante el proyecto, aparece aquí como un extraño ser que vivirá tanto como el uranio que acabó con su existencia, eso sí, en un formato poco agradable. Y el joven Richard Feynman (del que aparecen algunas “citas” al comienzo de cada capítulo) es aquí poco menos que un avezado chico de los recados. Pero con el que la retorcida mente de Hickman lo ha bordado es con el que fuera responsable científico del proyecto, Robert Oppenheimer. Porque resulta que Oppenheimer tuvo un hermano gemelo. Mientras que Robert se inclinaba por la física su gemelo tendía a la biología. Y además, al asesinato y el canibalismo. Comía para comprender y asumir al otro. Así que terminó zampándose a Robert Oppenheimer y usurpando (nunca mejor dicho) su personalidad. O sea, que el que participa en los proyectos Manhattan no es Robert Oppenheimer sino su gemelo canibal. Con este planteamiento no es de extrañar que aparezcan robots japoneses construidos por Soichiro Honda y la cosa acabe con una bronca con unos desagradables alienígenas. Irónico, trepidante y adictivo, es un cómic que además plantea las difusas fronteras entre la ciencia y el mal. ¿Qué nos deparará el siguiente? 


domingo, 5 de agosto de 2007

... y lobezno se pega ¡con Namor!

Lobezno 19. El acontecimiento Marvel del año. Guión: Marc Guggenheim; Dibujo: Humberto Ramos.
Así como lo oyen. Como me voy pillando los cómics de Marvel-Panini donde aparece en portada "Civil War" (que es por cierto TM, o sea que Marvel ¡ha registrado para uso comercial la Guerra Civil! ¡Cómo se entere Pío Moa! Hace años ya decía Juan Cueto que el cine y la literatura españoles tenían una saturación de nuestra guerra civil, pero ha nadie se le había ocurrido registrar la marca. Sólo Franco hizo algo parecido apropiándosela con los resultados conocidos. En fin, no nos perdamos en los paréntesis) y la portada no decía mucho del contenido, me encontré con la gratísima sorpresa de ver a uno de mis personajes favoritos del mundo Marvel: Namor, el hombre submarino, príncipe de Atlantis -bueno, ya rey. Humberto Ramos, dibujante con claras influencias del manga, es uno de mis favoritos de entre los que ahora trabajan en Marvel. Resulta que Lobezno ya es también funcionario público y en la bronca en la que anda se ve obligado a "bajarse" hasta Atlantis con un traje que le ha proporcionado Tony Stark, el Hombre de Hierro. Atentos a lo que salga este mes, porque tanto la anterior entrada como esta son de publicaciones del mes anterior.

Spiderman sale del armario ...

Civil War 2: La decisión de Peter Parker. Guión: Mark Millar; Dibujo: Steve McNiven; Entintado: Dexter Wines; Color: Morry Hollowell
Bueno, no tengo muy claro que esta del armario sea la expresión. Pero que se quita la máscara, seguro. Si no, atención a las viñetas. Sigue la guerra civil entre superhéroes. Por cierto que en McLaren también tienen la suya, según cuenta hoy la prensa. También entre superhéroes con sus máquinas. El número de "frikis" que sigue esa guerra es más que preocupante; nada que ver con los seguidores de las guerras Marvel. A lo que vamos, que en este segundo número de Civil War se hace oficial la ley que obliga a los superhéroes de Marvel a registrarse y pasar a ser funcionarios. El Capitán América, junto con algunos otros como Daredevil, pasa a la clandestinidad. Iron Man (el Hombre de Hierro, o sea, Tony Stark), cabecilla de los "pro desenmascarización", le ha hecho un traje superchulo a Spiderman y éste, que siempre fue un adolescente necesitado de alguna figura paterna (o materna, también) que admirar y seguir, se convierte también en adalid de los "pro funcionarización" y va y revela ante las cámaras su identidad secreta. Naturalmente a James Jameson, el director del Daily Bugle, le da un colapso (Los directores de periódico de los cómics no aguantan nada; ya quisieran parecerse a alguno de nuestro Mundo). Y todavía va el amigo Peter Parker y dice que si hay "alguna pregunta". Pues sí, muchas. De entrada: ¿cómo podrá Marvel Comics Group sostener su negocio si todos (o la mitad al menos) de sus superhéroes revelan su "identidad secreta"? ¿qué será entonces del jugo que los guionistas sacaban a esto de las dobles personalidades o las personalidades ocultas y sus conflictos? Según Joe Quesada, editor jefe de Marvel Comics, la vida de Spiderman ya está planificada para los próximos dos años. Y es que no hay nada como ser funcionario, ¡te da una seguridad! Aunque vivas en los USA. Ahora bien, ¿la cosa estará tan planificada para el resto de superhéroes de la casa? Y también ¿podrá resistir el país que el Capitán América viva en la clandestinidad? ¿Se relacionará con algún elemento peligroso del terrorismo internacional? En fin, todo son incertidumbres a estas alturas. Menos mal que en el mundo de los cómics de superhéroes todo es posible. Se muere, se vuelve a la vida ... La Masa (The Hulk) se encuentra ahora mismo en un planeta repleto de tipos como él pegándose vestidos todos de romanos. Lástima que vaya a perderse la guerra civil de sus colegas superhéroes. En fin, la vida sigue y ya lo dice la última viñeta: "continuará ...". Es lo único seguro.



jueves, 14 de junio de 2007

Últimas adquisiciones. Guerras civiles, arqueólogos del otro mundo y violencia salvaje.

Civil War 1. Mark Millar (Guión) y Steve McNiven (Dibujo), Panini Cómics, junio de 2007
El mundo de los cómics de superhéroes se encuentra en estado de ebullición. En las publicaciones de la DC Cómics (Batman, Superman, Linterna Verde, Flash, ...) se anuncia el Mayor Evento que presenciará el mundo del cómic, la Crisis Infinita, donde todos los héroes de DC aparecen envueltos en conflictos venganzas, ... donde de lo que se trata es de relacionar las diferentes publicaciones de superhéroes de la casa. Algo así no podía dejar indiferente a la competencia, la Marvel. La idea no es nueva. En el pasado los héroes de la Marvel se habían encontrado, habían peleado y se habían hecho amigos, enfrentándose juntos contra los malos. En Civil War se plantea un enfrentamiento entre los superhéroes Marvel (Spiderman, la Patrulla X, Los 4 Fantásticos, el Capitán América, Namor, ...) a causa de la propuesta de una ley que pretende eliminar las identidades secretas de los superhéroes y que estos pasen a ser algo así como funcionarios del gobierno (representado por SHIELD, la agencia que dirigía Nick Fury). Como era de esperar por el título, los superhéroes acabarán enfrentados: los que están a favor de la medida, con el Hombre de Hierro a la cabeza, y los que están en contra, liderados por el Capitán América. Un dibujo impactante y un guión entretenido y, creo yo, sin tantas filigranas como Crisis Infinita. A ver qué da de sí. Eso sí, estamos ante una estrategia comercial que pretende provocar el renacimiento de los cómics de superhéroes vinculando casi todas las series de la editorial a la trama de Civil War. Sólo hay que ver la Civil War checklist (aparece en cada número de Civil War) para darse cuenta de cuánta pasta quiere Marvel que nos preparemos a desembolsar.Planetary, John Cassaday (dibujo) y Warren Ellis (guión), Norma Editorial, 2007; y X-Men. Astonishing, también de Cassaday y de Joss Whedon (guión), Panini Cómics, 2007.
Acabo de comprar Planetary y también uno de los X-Men. Astonishing dibujados ambos por Cassaday. La verdad es que es un dibujante magnífico. La pureza de sus líneas y su manejo del color son estupendos. Para mí irresistibles. Si, en el caso de Planetary, le añadimos un guionista de la talla de Warren Ellis, el de The Authority o Transmetropolitan, la combinación da un resultado de tal calidad que no diré más hasta un próximo comentario en el que incluya más imágenes.Warblade. El filo de la navaja, de Simon Bisley (dibujo) y John Ridley (guión), Norma Editorial, 2007.
Y finalmente, lo último de Simon Bisley. Un dibujante británico de estilo inconfundible: anatomías poderosas y rostros caricaturescos. Se le ha comparado con Corben, aunque, la verdad es que su dibujo carece de la ternura del norteamericano. Bisley es sobre todo el autor de Slaine. Una obra maestra de la ilustración en la que se cuenta una historia de la mitología celta. Y también es el responsable de varios números de Lobo, posiblemente uno de los cómics más bestias y sangrientos de los últimos tiempos. Vamos que Bisley es uno de esos autores que entrarían en cualquier lista de responsables últimos de la violencia juvenil. Digamos que no es un cómic que yo dejara a la vista de mis hijos. Sin embargo, tanto en Lobo, como en Bad Boy, hay un humor negro que contribuye a colocar esa violencia en el plano en el que Bisley la sitúa: una especie de catarsis de sangre y miembros rotos. Pero en Warblade ese humor no existe. El guión es una historia patética de un perdedor, Warblade, un extraño alienígena con poderes parecidos a Lobezno: su cuerpo puede desarrollar sus manos hasta convertir sus dedos en peligrosas cuchillas. El escenario: la posguerra en la antigua Yugoslavia. Warblade se convertirá en un alcohólico al que le han amputado las manos y que trataba de conjurar sus demonios particulares a través de la pintura. Un dibujo impactante al servicio de una historia que realmente resulta poco cómoda y que a pocos les apetecerá releer.

domingo, 3 de junio de 2007

Libros de ocasión y ... ¡Richard Corben! Entre otras sorpresas

Como cada principio de junio nos llega la feria del libro antiguo y de ocasión. Además de lo habitual hay en algunos de los puestos una buena provisión de cómics. Y, rebuscando entre ellos, para mi sorpresa y alegría me encuentro con ¡dos álbumes de Richard Corben! Se trata, por un lado, del primer volumen de las Obras completas de Corben que hace años publicó Toutain Editor, Jeremy Brood (del año 1984) y el otro es la tercera entrega de Den, Den 3. Hijos del fuego, publicado en 1992. Seguramente a quien no haya sido aficionado a los cómics a finales de los años 70 y primeros 80 es posible que el nombre de Richard Corben no le diga mucho. En España, Corben llegó sobre todo de la mano de la revista 1984, publicada por el citado Toutain que comenzó a publicarla en 1979. Con ese título, alusivo a la obra de George Orwell, era evidente la apuesta de la revista por los cómics de ciencia ficción para adultos («Revista de fantasía y ciencia ficción para adultos» decía su portada sobre el título).
También hay que decir que en aquélla época los «cómics» no existían. Sólo se hablaba de «tebeos» (e incluso de «chistes») para referirse a cualquier publicación con viñetas, de las que por supuesto había muchas. En aquél momento Toutain apostó por un cómic para adultos que no tuviese contenido político (como lo tenían El Papus o El Jueves, que se venían publicando desde el año 1972 y 1977 respectivamente). 1984 apostó por el cómic norteamericano -con algunos autores españoles- fundamentalmente. Por la misma época también se publicaba Tótem, la otra revista de cómics «de referencia» en esa misma época, que, a diferencia de la de Toutain, publicaba sobre todo cómic europeo. Ambas revisas aguantaron bastante bien hasta mediada la década de los 80, luego prácticamente dejaron de existir, junto con muchas otras publicaciones, a finales de esa década y comienzos de los 90. Llegado el año 1984 alguien pensó que no tenía mucho sentido mantener un título que ya no apuntaba al futuro sino al pasado y la cabecera se cambió por la de «Zona 84». Tengo un vago recuerdo de que se planteó una especie de encuesta entre los lectores de 1984, no estoy seguro. Por su parte, Tótem sobrevivió durante un tiempo como revista «de tías», publicando ilustraciones e historietas eróticas, y hasta fotos de muchachas en cueros. Triste agonía para la publicación que había acogido a los Moebius, Druillet, Crepax, ... y tantos magníficos autores de historietas europeos.
Yo, que por aquéllos años tenía ya un «fondo de biblioteca» de cómics notable, fundamentalmente de la Marvel aunque también había montones de El Capitán Trueno, El Corsario de Hierro -uno de mis personajes favoritos de siempre-, etc. recibí los primeros números de la revista 1984 con una fascinación difícil de describir. Santiago Mayo, artista él, apareció con el primer y segundo números y yo corrí a por el tercero (o el cuarto, no recuerdo bien). Las portadas eran espectaculares. La revista era casi toda en blanco y negro menos las cuatro páginas centrales, a todo color. En esas cuatro páginas de los primeros números aparecía Mundo Mutante de un dibujante llamado Richard Corben y con guión de Jan Strnad (a saber como se pronunciaba y se pronuncia, esto). Me pasaba horas leyendo y releyendo y mirando y remirando aquéllos impresionantes dibujos. Con unos personajes en los que Corben mostraba una perfección técnica en el dibujo de las anatomías que yo pocas veces había visto. Y que combinaba con un tratamiento casi caricaturesco de los rostros. A la vez, los escenarios de ruinas y destrucción por los que se movían esos personajes eran increíblemente detallistas, pero también tenían una gracia y soltura de apariencia falsamente infantil. En fin, me fui para Oviedo a buscar los números que me faltaban y allí entré por primera vez en la Librería La Palma. Nunca habría sospechado que pudiera existir un lugar semejante ¡había montones de cómics por todas partes! Por supuesto me compré los números que me faltaban y me quedé enganchado a todo lo que publicaba Toutain. Empecé a dejar la Marvel y a Trueno y Sigrid de Thule y los cambié por Dimento, Den, Josep María Beá, o, en el Totem, El Garaje Hermético, la Valentina de Crepax, y demás. En fin, lo que es crecer.
Dejé de saber de Corben con la propia «crisis» del mundo del cómic, prácticamente hasta que en el 2003 me compré La casa en el confín de la Tierra, después, con la vuelta a la compra de cómics, he buscado otras cosas y tengo por aquí su Aliens Alchemy, Banner (en una edición bastante poco cuidada de cómics Forum), Bigfoot, Hellboy. Makoma, y un Hellblazer de entre lo más recientemente publicado en España. De todas formas, en todos ellos Corben es responsable del dibujo, no del color ni tampoco del guión. Y seguramente, si algo impresiona de Corben es su manejo del color. Quien en estos tiempos de Photoshop y Painter se asoma a Den o Mundo Mutante no puede menos que sorprenderse ante una obra previa a todo lo digital.En cuanto a las historias de Corben, creo que hay algunos rasgos característicos que permiten hablar de un «mundo Corben». Uno de los rasgos que para mi define a Richard Corben es la ternura con la que trata a sus personajes más monstruosos. Una ternura que seguramente le venga de su época underground. Uno de los álbumes que Ediciones la Cúpula sacó allá por el 1979 (y que por suerte todavía conservo) recopilando historias cortas de ese período underground de Corben, llevaba por título Corben o la ternura del monstruo. Desde entonces Corben ha seguido manteniendo en sus historias una crítica a todo poder opresor, y fundamentalmente al poder de las religiones, que a veces es derrotado por una suerte de Destino que acabará impartiendo justicia. Añadamos a estos rasgos la querencia por las historias situadas en escenarios «postapocalípticos» o «postholocausto», querencia que comparte con algunos de los guionistas con los que ha trabajado, especialmente con el ya citado Jan Strnad (en Mundo Mutante y también en Jeremy Brood). Hasta tal punto es esto así que situó su adaptación de la obra de Robert E. Howard, El valle del gusano (otra de las joyas de mi pequeña biblioteca Corben, publicada por Toutain en 1981), en un escenario posterior a una gran catástrofe radiactiva que habría devuelto a la humanidad a un estadio primitivo. Y, por último, el humor. Un humor inteligente, a veces teñido de amargura pero que también en ocasiones lleva a más que una sonrisa. Me dejo otra de las señas de identidad de Richard Corben, esta vez de su estética. Me refiero a los cuerpazos que aparecen en sus historias, alejados del canon de Policleto y más cercanos a Muscle Man y el Playboy. Esos hombres descomunales y esas mujeres increíbles son sin duda uno de los rasgos más identificables de la «estética corbeniana».
No hace mucho pudimos volver a disfrutar de un Corben «total» gracias a la publicación que la editorial Planeta de Agostini viene haciendo en la colección que llama Solo en la que se invita a un autor de cómics a que haga poco menos que lo que le parezca, con estupendos resultados como era de esperar. El segundo número de esa colección estaba dedicado a Corben, que nos deleita con varias historias a todo color (su color) donde podemos volver a ver la potencia de su dibujo, el dinamismo de sus páginas y todos esos rasgos que caracterizan sus historias.
Creo que somos muchos los seguidores de Corben. Algunos están haciendo un gran trabajo de recopilación de noticias y páginas entre los que destaca del trabajo del autor de La leyenda de Richard Corben, un blog que merece la pena seguir (y no como este, dicho sea sin falsa modestia).
Termino con otra estupenda adquisición de la feria del libro de ocasión: N.Y. City. The Big City, de Will Eisner y también publicado por Toutain. Una maravilla de escenas de ese Nueva York que tan bien ha sabido reflejar Eisner.
Creo que tendré que darme otra vuelta y a lo mejor agarro alguno de los Lobos que aparecen en la foto de arriba. O ese libro sobre Conan. A ver que encuentro.